Hace algunos días tuve la oportunidad de ver una entrevista en YouTube del antropólogo e historiador francés Christian Duverger (anexo por si gustan verla https://youtu.be/IVUgd4f-1yE), sugerida por un gran amigo y cómplice de lecturas históricas.
Amen de los comentarios históricos de su obra de dos tomos de Hernán Cortes; comentarios que no han sido manejados por la historia oficial. Duverger, en esta entrevista al menos en un par de ocasiones y muy finamente manejado ha dejado ver que no se tiene que tener vergüenza del mestizaje (es seguro que ya se percato que en México nos avergonzamos de nosotros mismos), que hay que aceptarlo; como si quisiera dar un mensaje entre líneas a los seguidores de esa entrevista. De hecho, el se considera ya un mexicano mas de este país, supongo que por su especialidad de estudios de meso América que en algo ya le han creado un arraigo hacia las culturas pre hispánicas.
Comento esto por que, es fecha que en México, a pesar de ser un país en su inmensa mayoría de mestizos; es un país racista, me permití anexar un fragmento de una nota de La Jornada a este respecto:
Los chistes, en México, ridiculizan todos los grupos raciales y étnicos que no sean el mayoritario o el de elite (blancos ricos), subrayando algunas de las características propias de su condición de marginados. Al mismo tiempo que no puede verse un solo comercial televisivo o cartel publicitario en el que aparezca un bebé o niño de rasgos indígenas, ser indio es sinónimo de ser inculto y portarse como ranchero es demostrar timidez o poco savoir faire; los negros se cenan entre sí y nadie puede diferenciar a un chino de otro. Todos los lugares comunes del racismo están comúnmente en nuestras bocas y no hay familia que no esgrima un abuelo español, una tía inglesa o un primo francés para subir de categoría social.
Francesca Gargallo _ La Jornada
Si se fijan, subraye en este fragmento de la Jornada una parte que todos conocemos e incluso la hemos dicho, tratando de cierta manera, inconscientemente separarnos de parte de nuestras raíces o de justificarnos en algunos casos de que vivimos aquí por accidente, que realmente deberíamos estar en el continente europeo. En México ser de piel morena y/o de rasgos no europeos es similar a la estrella de David que llevaban zurcida a la ropa los habitantes judíos en los tiempos de la ocupación alemana en Polonia a finales de la década de los 30, s del siglo pasado.
¿Sera entonces que no hemos aceptado del todo nuestra realidad étnica?, ¿será esto un bloqueo para el desarrollo del país?, ¿seguimos sintiéndoos dueños de un país al que imaginariamente invadimos, pero nos sentimos ajenos a el? O simplemente la fusión entre dos razas no llego a su punto de maduración en el tiempo que tuvo que haberlo hecho.
Para reflexionar….
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